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¿Cómo se laca una puerta?

Pornoticiasfrescas

Mar 22, 2022

Como bien sabes, a la hora de decorar un hogar con un poco de gusto, se debe de mirar hasta el más pequeño de los detalles. Empezando por sus puertas, que aunque son elementos básicos suelen pasar inadvertidas, pero cada vez son más las personas que las dan la importancia que merecen y o bien las cambian o las pintan, para dar un toque renovado a la estancia. 

Una de las prácticas más utilizadas para dar ese aire nuevo a las puertas, es lacarlas, especialmente lacar puertas en blanco. Desde luego que es un tratamiento el que hay que darlas, muy delicado, así como costoso, por eso te invitamos a que consultes a profesionales, que te puedan presupuestar y hacer la obra en cuestión. Pero si eres una persona apañada y tienes un lugar donde poder realizar el lacado, desde luego te animamos, y es más te vamos a decir en este post como lo puedes hacer. 

Vamos a ello: 

Lacar una puerta es un proceso minucioso, no tiene una dificultad extrema pero tampoco es algo sencillo. Es importante saber bien cómo es la técnica, tener los materiales y por supuesto las herramientas.  

Lo primero que haremos es enumerar lo que necesitas: 

  • Laca, del color que hayas decidido lacar tu puerta. 
  • Imprimación, necesario para poder aplicar una capa previa al lacado. 
  • Brocha, para alcanzar los lugares en los que el rodillo no puede acceder. 
  • Rodillo, para las superficies lisas de la puerta, también es interesante tener rodillos pequeños para lugares concretos de la puerta, o bien algunos perfiles de la misma. 
  • Protectores para el suelo, cartón, papel de periódico o unas mantas para evitar que se estropee o se manche demasiado el suelo.  
  • Una lija, para desgastar las partes en las que no tengan el mismo grosor. 
  • Bayeta, para limpiar. 

Lo primero es lijar la superficie de la puerta que vas a pintar, de forma muy minuciosa. De esta forma se retiran impurezas de la superficie de la puerta, restos de pintura o de barniz. Hay lijas de diferentes granos, este dato lo que nos marca es el grosor de la lija. Cuanto mayor sea el grano, más delicada es la lija. Pero si quieres un acabado perfecto, mejor que apuestes por una lijadora eléctrica. Recuerda lijar siempre en el sentido de la veta natural que tenga la propia, madera de la puerta. 

Una vez la puerta esté lijada, retira cualquier resto del lijado que haya quedado. Es muy importante que no quede ni rastro de ninguna impureza. Cualquier resto se verán una vez esté lacada la puerta, así que intenta que quede totalmente limpia. En el caso de que la puerta tuviera algún golpe o algún problema similar, debes de tener claro que hay cera para arañazos, que hay rotuladores específicos e incluso masilla para que toda imperfección se quite. 

A continuación, debes de aplicar la imprimación, es una capa que se le da previa a la pintura que mejora la adherencia del lacado. Para esto es importante tener el rodillo apropiado y usar la brocha para los espacios más reducidos. Aquí empezamos con la importancia de dejar secar perfectamente cada capa que apliquemos, empezando por la capa de imprimación. 

El tiempo de secado, debe de ser el que el fabricante indique en cada caso. 

Debes de aplicar la laca de una forma muy minuciosa, así será el resultado. Cuanto mejor lo hagas, mejor será el resultado final. Empieza por los lugares de peor acceso y después por las esquinas, para terminar por las zonas más amplias con ayuda de un rodillo un poco más grande. Piensa que, entre las diferentes capas, debes de dejar el tiempo recomendado por el fabricante del producto y volver a lijar entre capas de una forma más suave. 

Para que tus puertas tengan un aspecto, igual que el que te hubiera proporcionado un profesional, debes de aplicar al menos dos capas de laca. Entre las diferentes capas es importantísimo pasar una lija de forma muy sutil. Para tener un mejor resultado, te recomendamos que des una capa en horizontal y la siguiente lo hagas en vertical, y así sucesivamente. Las capas deben de ser muy finas, y extenderlo de forma homogénea, es importante que para aplicarlo estén en horizontal, para que no queden goteadas. Obviamente también lo puedes realizar con pistola, y el resultado te aseguras que sea espectacular. 

Para lacar tus puertas, el principal consejo que te podemos dar es, que no tengas prisa. Tómate tu tiempo y no aceleres para el acabado, si no el resultado puede no ser el que tú quieras. Como decimos es un trabajo muy delicado, pero no es complicado, haciendo todo sin prisa y al detalle, pero si no lo haces así, puede quedarte un desastre de lacado, y habrás invertido el mismo tiempo. 

Hay que aclarar, que lacar no es pintar. Lacar implica extender una laca o bien un esmalte, que normalmente lleva varias capas, que consigue un acabado suave como si fuera un mueble nuevo. Pintar conlleva un proceso muy similar, pero en lugar de ser un esmalte el producto a trabajar, es una pintura, y no queda un resultado tan perfecto o tan brillante como lacando. 

Las puertas que están lacadas debidamente, tienen una vida de unos 15 o 20 años, pero eso en el caso de ser una puerta maciza y con un lacado bien realizado y de una alta calidad.  

Su mantenimiento es el mismo que cualquier otro mueble, en este caso lo que sí que te aconsejamos es que no utilices productos abrasivos. Normalmente con un paño húmedo es suficiente, y si tuviera mucha suciedad, tal vez necesites utilizar un jabón que sea respetuoso con la madera y barnices. 

Pero por lo demás, el único cuidado que debes de tener, es no dar golpes en las zonas lacadas, porque si que es cierto que se rompe el esmalte.  

Dicho todo esto, volvemos a decirte que en caso de que lo veas algo muy farragoso, tal vez lo ideal es que pienses invertir en un profesional que pueda darte un acabado de calidad y duradero.