Una de las afecciones más comunes que padecen las personas con diabetes mellitus, es el pie diabético. Esta enfermedad, daña los vasos sanguíneos y los nervios del pie, lo que hace que se pierda la sensibilidad en la extremidad o bien puede tener problemas de cicatrización.
Cualquier enfermo de pie diabético, es imprescindible que acuda a una clínica podológica para poder tener bajo control una enfermedad en sí, y poder tener algún cuidado especial en estos pies, siempre indicado por un experto.
Precisamente, en este post, vamos a hablar de cuidados que sean generales para este tipo de pies.
Aunque no se debiera ni de comentar, los pues necesitan ser lavados a diario, y posteriormente secarlos bien, con especial cuidado entre los dedos, para que no aparezcan ni hongos ni infecciones. Evidentemente, la toalla debe de estar seca para que absorba bien la humedad, y que sea suave. Otra pauta que es muy recomendable, es la hidratación diaria. Una rutina con una hidratante de pies, va a prevenir cualquier tipo de grietas o de durezas, dejándola absorber adecuadamente. De esta forma, los callos o las durezas tardarán más en aparecer o bien no lo harán. Precisamente las durezas pueden hacer que se generen rozaduras, o bien que se camine de forma incorrecta, si aparecen, lo recomendable es acudir al podólogo.
Se debe tener cuidado en la elección tanto de zapatos cómodos y calcetines, para que sean cómodos y acorde para el pie, para evitar que el pie sufra lo mínimo. Suelas que amortigüen pero que no permitan notar piedras, que tengan un grosor apto, es muy importante. Además, apostar por calzado que esté confeccionado a poder ser en piel, para una mayor comodidad. En lo referente a los calcetines, es importante que sean de tejido naturales, como lana o bien algodón, y si puede ser que no tengan costuras. De esta forma absorberán el sudor y evitarán, por supuesto, caminar descalzos, para no exponer a los pies a posibles rozaduras o golpes. Como también es recomendable que no se usen zapatos abiertos, precisamente por lo mismo, para no sufrir golpes o rozaduras que puedan derivar en una infección. Es importante, hacer una revisión desde el tobillo hasta los dedos, antes de acostarse, al menos, en búsqueda de rojeces o de heridas pequeñas, para que sean tratadas debidamente y no deriven en problemas mayores.
Por supuesto, se debe de controlar los niveles de azúcar en sangre, para que no en caso de no tenerla en rangos normales, se reconduzca con buenos hábitos o con ayuda de medicación. Tener este problema controlado, es sin duda una prioridad.
En resumen, debes cuidar, tu salud, desde lo que origina el pie diabético, como es el azúcar, a una rutina que cuide tu pie de forma externa, vigilando siempre que no aparezca ninguna marca nueva, ni rojez. Y siempre, haciendo todo lo que mande tu médico y por supuesto acudiendo periódicamente al podólogo, para que revise el pie de forma objetiva y subsana cualquier incipiente problema.
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