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Cuidadores de mayores, la realidad en España

Pornoticiasfrescas

Ene 25, 2021

Cuidadores de mayores, la figura imprescindible. En los últimos años, ha crecido la esperanza de vía y descendido la natalidad. Con ello se da un envejecimiento de la población y con un aumento de las enfermedades crónicas. Si bien el envejecimiento es universal, en España, se está generando a una velocidad mayor.

Se espera que la población mayor de ochenta años aumente su tamaño en un sesenta y seis por ciento entre mil novecientos ochenta y seis y dos mil diez. La mayoría de los cuidados que precisan las personas con enfermedades crónicas o bien invalidez, se dispensan en el núcleo familiar y si bien desde la década de los ochenta se observa una mayor preocupación por los cuidadores informales no hay un sistema de apoyo institucional eficiente.

El cuidado informal se puede acotar como aquella prestación de cuidados a personas dependientes por la parte de familiares, amigos y otras personas que no reciben remuneración económica por la ayuda que ofrecen. Abundantes estudios pruebas que son los miembros de la familia los que con una mayor frecuencia prestan este género de cuidado.

Los avances científicos dejan que bastantes personas con enfermedades innatas, accidentes y otros procesos morbosos graves, puedan subsistir, mas en muchas ocasiones quedan con algún género de incapacidad residual y precisan cuidados de forma permanente.

La realidad es que solo una mínima una parte de la atención en salud está asegurada por los servicios sanitarios, en tanto que la mayor parte de los cuidados son auto dispensados o bien suministrados por la familia.

M.A. Duran aseveraba en mil novecientos noventa y uno, que mientras que el sistema sanitario formal dispensa un doce por ciento del tiempo total dedicado a la salud, el ochenta y ocho por ciento sobrante forma una parte del trabajo efectuado en el campo doméstico.

El papel de los cuidadores de mayores

Aunque en todos y cada uno de los países, la población mayor de ochenta años es el conjunto demográfico con mayor desarrollo, en España se espera que este conjunto aumente en un sesenta y seis por ciento su tamaño entre mil novecientos ochenta y seis y dos mil diez, superando el millón y medio de personas .

La familia acepta casi la totalidad de los cuidados de los mayores dependientes. La cobertura de los programas públicos de atención a domicilio es inferior al 1 por ciento de la población mayor y la oferta pública de instituciones es asimismo escasísima, con salvedad de Catalunya.

Conforme el informe SESPAS6 , en mil novecientos noventa y siete, el catorce por ciento de la población de España tenía más de sesenta y cinco años. La fecundidad en España había descendido a uno con dos hijos por mujer, lejísimos del dos, precisa para el reemplazamiento. Al contrario la esperanza de vida al nacer se ubicaba en máximos históricos: ochenta y uno años para la mujer y setenta y cuatro para los hombres.

La necesidad de los cuidadores de mayores

En España cuatro de cada cinco defunciones se generan tras los sesenta y cinco años y el cuarenta y cuatro por ciento de las defunciones se generan tras los ochenta años. Esto produce que las primordiales causas de defunción sean las enfermedades crónicas y a consecuencia de estos cambios en los patrones de la morbilidad hay un incremento de incapacidades funcionales que demandan cuidados de larga duración.

En relación con los cambios de salud asociados al envejecimiento poblacional hay que resaltar el inconveniente de las enfermedades neurodegenerativas. Entre estas, cobran suma importancia las demencias, por la magnitud del inconveniente actual y por el incremento aguardado debido al incremento de personas mayores de ochenta y cinco años en tanto que la incidencia de demencias aumenta con la edad.

Conforme estas estimaciones España tiene entre cuatrocientos cincuenta y quinientos casos de demencia y la práctica totalidad de estas personas vive en la comunidad.

Una investigación efectuado en la capital española probó que solo 1 de cada veinte pacientes diagnosticados se hallaba en una residencia . Esta situación lleva a proponer el inconveniente del cuidador familiar por las repercusiones que tiene: Una investigación efectuado en mil novecientos noventa y siete probó que la depresión es una afectación usual en los cuidadores de familiares con pérdida de autonomía y confirmó que la atención de los servicios sociales públicos a estas familias es casi inexistente. Las fuentes de apoyo externas a la familia acostumbran a ser de pago privado.

La familia y los cuidadores de mayores

La discapacidad es asimismo atendida, en un noventa por ciento de los casos, en el campo familiar. Y por último, los pequeños forman un conjunto concreto en lo que se refiere a la demanda de cuidados de salud, debido a las peculiaridades de mayor dependencia. no solo por las enfermedades crónicas o bien discapacidades sino más bien asimismo por los procesos agudos leves que causan una sobrecarga esencial de cuidados en el campo familiar1 .

Aunque la familia siempre y en toda circunstancia ha sido cuidadora de sus miembros, es desde los ochenta cuando aparece la preocupación por “los cuidadores”. Ello se debe a diferentes factores:

1) El desarrollo económico de los años sesenta mengua y a fines de los setenta se comienza el declive de las economías de los países occidentales con la consecuente preocupación por la utilización eficaz de los recursos.

Los cuidadores de mayores no profesionales

Ello hace que se empiece a cuestionar “el estado del bienestar”; dos) Los cambios demográficos, sobre todo el envejecimiento de la población, ya mentado. tres) El reconocimiento de la magnitud y también relevancia del cuidado informal y una mayor entendimiento del grado en que aún son operativos los viejos modelos de la relación familiar, si bien en paralelo asimismo nace la preocupación por la creciente integración de la mujer en el mercado laboral y el incremento de los divorcios;

Si bien son integrantes de la familia los que ejercitan la función de cuidar, acostumbra a ser una sola persona la que acepta la mayoría de la responsabilidad y en consecuencia aguanta la mayor sobrecarga física y sensible del cuidado del paciente. A esta persona, que normalmente es una mujer, se la llama “cuidador primordial”. En una investigación sobre solidaridad familiar y vejez10 (Bazo y Dominguez-Alcon) efectuado, en mil novecientos noventa y cinco, en el País Vasco, Comunidad de la capital de España y Catalunya , y centrado en los cuidados de salud en la familia para las personas ancianas, se consiguieron unos resultados que confirman la hipótesis de que la familia es la primordial distribuidora de cuidados y que en el conjunto familiar las mujeres aceptan mayoritariamente esa responsabilidad.

Las cuidadoras son esposas y también hijas. La proporción de las dos en el País Vasco y la capital de España es afín al tiempo que en Catalunya es algo más elevada la proporción de hijas. La participación de nueras es más reducida.

Existen varones cuidadores mas su presencia es testimonial, por norma general son maridos que cuidan a sus esposas o bien hijos solteros que cuidan a sus progenitores. La edad de los varones que cuidan es elevada, entre sesenta y setenta años o bien más. La edad de las mujeres es variable: En Catalunya la edad fluctúa entre los cincuenta y cinco y setenta y seis años, con salvedad de un pequeño conjunto de mujeres más jóvenes.

Los cuidadores de mayores profesionales

Por contra, en la villa de Madrid existen 2 conjuntos de cuidadoras bien diferenciados: Uno entre los treinta y siete y cincuenta años y otro de cuidadoras mayores, entre los setenta y los ochenta años. Las diferencias de edad entre las cuidadoras están con relación a el parentesco de la persona a la que cuidan. En la villa de Madrid el conjunto más abundante es el de esposas al paso que en Catalunya y el País Vasco es el de hijas.

Conforme resultados de este estudio la atención sanitaria que ofrece la cuidadora tiene unas connotaciones que merecen destacarse:

Garantiza la atención completa de la persona cuidada.

La atención es continuada, se siente responsable en todo instante y no puede dejar de atender a la persona dependiente.

Prueba la solidaridad familiar expresando el deseo de sostener a las personas dependientes en el hogar.

Por norma general el cuidado se expresa como un deber, se sienten con la obligación de hacerlo. Acostumbra a estar presente la manifestación de reciprocidad, el sentimiento de no defraudar las esperanzas de la persona que recibe los cuidados.

Los sentimientos que expresa el cuidador con relación a la persona cuidada tienen diferentes matices, normalmente son gratificantes mas en ocasiones son complejos, expresan resignación y también impotencia, soledad, desesperación.

En ocasiones existen protestas sobre comportamientos poco afables por la parte de la persona cuidada, si bien se procuran justificar.

Frecuentemente expresan protestas sobre las repercusiones que el cuidar ha tenido en la vida laboral de la mujer y asimismo con la limitación de libertad individual y familiar. Se comprueba un empobrecimiento de las relaciones de las cuidadoras con el ambiente.

Las personas cuidadoras mientan el cansancio físico, el agotamiento, el desánimo, trastornos del reposo y sueño. A veces las repercusiones son más severas y causan depresiones y también incapacidad intensa para aceptar la situación.

Atención al anciano y los cuidadores de mayores

Asimismo es incesante la expresión de protestas por la carencia de ayuda social.

Se comprueba un desconocimiento grande sobre las escasas ayudas libres como la convicción de la complejidad de conseguirlas.

La cuidadora concibe su papel como una parte de sus responsabilidades familiares. El hecho de cuidar en el domicilio repercute sobre la salud familiar y singularmente sobre la salud del cuidador primordial y por esta razón repercute sobre el funcionamiento de la familia.

Diferentes estudios han mostrado que el cuidador dedica un buen tiempo al cuidado y esto representa una sobrecarga física y sensible que altera su vida”mil doscientos quince . Ciertos autores llaman a estas perturbaciones “El síndrome del cuidador.

La ansiedad del cuidador es mayor cuando cuida a un familiar de primer grado16 y habitualmente se siente atrapado emotivamente, hasta llegar a sentirse culpable cuando piensa en sí”.

Si bien la mayor parte de estudios hacen referencia al cuidado de personas ancianas dependientes asimismo hay estudios que confirman las repercusiones físicas, sicológica y sociales del cuidador de enfermos crónicos.

Los cambios en la de vida de la familia crean ciertos interrogantes sobre el futuro de los cuidados que se tienen que prestar a las personas dependientes en la comunidad.

¿Cuáles son y cuales habrían de ser las correspondencias entre los sistemas sanitarios y sociales y el sistema informal de cuidados?. Resulta obvio que un factor central de este discute se va a deber centrar en las estrategias de apoyo al sistema familiar. La familia es una estructura compleja y articulada, presente en todos y cada uno de los sistemas sociales conocidos .

La evolución que ha sufrido la familia y el significado que esta tiene para las distintas etnias ha tolerado una extensa pluralidad de definiciones, sin embargo es preciso ser flexible y acoger en el término de familia no solo aquellos que comparten exactamente el mismo apellido o bien nudos de sangre, sino más bien asimismo a los conjuntos que comparten el sentimiento de “sentirse familia”.

De esta forma se puede acotar la familia como un conjunto de personas, relacionadas entre sí, biológica, legal o bien emotivamente, que no necesariamente conviven en exactamente el mismo hogar, y que comparten una historia común y unas reglas, costumbres y opiniones básicas, con relación a diferentes aspectos de la vida por norma general, y con el cuidado de la salud particularmente.

La familia necesita cuidadores de mayores

Hay en los patrones, valores o bien símbolos que envuelven el cuidado, representaciones presentes en la esfera cultural que determinan las acciones y resoluciones relacionadas con el cuidado. El cuidar es un acto imprescindible no solo para la vida de los individuos sino más bien para la permanencia del conjunto social. Los cuidadores de mayores son grandes pilares en las familias.

El auto cuidado se puede acotar como el conjunto de acciones intencionadas que la persona efectúa para sí o bien para otros que dependen de ella, con el propósito de sostener su vida, su salud o bien su bienestar. Está con fuerza influido por la cultura del conjunto de referencia donde se desarrolla el individuo. Son conductas aprendidas.

Pearsons y Bales29 (mil novecientos cincuenta y cinco) definen el “sistema relacional” como un conjunto constituido por 2 o bien más unidades vinculadas entre sí de tal modo que el cambio de estado de una unidad va seguido por un cambio en las otras unidades; este va seguido nuevamente por un cambio de estado en la unidad primitivamente cambiada, y de este modo consecutivamente.

Conforme con esta definición la familia es un sistema relacional abierto en la medida en que está formada por un :conjunto organizado de elementos (sus miembros) que se relacionan y también interaccionan entre sí de semejante manera que cualquier acción, perturbación o bien cambio, uno de ellos afecta a todos los otros y /viceversa. En la familia es importante el papel de los cuidadores de mayores.

La familia desempeña un esencial papel en el desarrollo integral de sus miembros, no sólo por el cuidado a las personas dependientes sino por el hecho de que asimismo es un núcleo generador de hábitos; la familia es el ambiente en el que los seres humanos aprenden y también interiorizan las bases del auto cuidado y del cuidado a personas dependientes. De alguna forma la salud de las familias determina la salud de la comunidad.

Los cuidadores de mayores necesitan formación

No obstante pese a que conceptualmente ya no se discute la relevancia de la atención a la familia y que está contemplada en la reforma de la atención primaria, la verdad es que aún el día de hoy forma, en los profesionales sanitarios, una materia pendiente, si bien se comprueba la preocupación creciente por el tema30″ 31′ treinta y dos-treinta y tres” treinta y cuatro” treinta y cinco” treinta y seis .

En los dos casos se tiene que partir de un modelo ideal que guíe el proceso de atención en sus diferentes etapas. Usar la teoría general de sistemas deja al profesional de enfermería observar al individuo, familia y comunidad en sus interactúes entre ellos y entre su entorno. Una de los beneficios es que tiene presente y valora la relevancia de estas interactúes entre las unas partes del sistema y entre los sistemas entre sí y puede planear estrategias para intervenir propiciamente dentro y entre sistemas. Todo ello debe tenerse en cuenta por los cuidadores de mayores.

Trabajar con un enfoque centrado en la familia significa trabajar esencialmente con la unidad familiar como conjunto y no tan solo como la suma de sus miembros. Implica estimar y también incluir a la familia en el proceso de prestación de cuidados. Taylor38 comprende a la familia desde 3 perspectivas: 1. Como un factor, que así como otros condicionantes básicos, influye de manera directa en necesidades de cuidados de sus miembros y la capacidad y posibilidad de estos de satisfacer dichas necesidades. Como un contexto en el que habitualmente se dan cuidados a un miembro dependiente. tres.

Como una entidad global que puede, en ciertas circunstancias, precisar cuidados enfermeros convirtiéndose en “una unidad de cuidados”. Desde este punto de vista la familia se considera un centro de interés en sí. Es un sistema en la que se genera una intensa, angosta y durable interacción entre los componentes que se pone de manifiesto en materia de auto cuidado.

La familia forma una fuente de apoyo social inmediato para sus miembros, si bien debido a los cambios socioculturales que está padeciendo la familia, es preciso ser cauteloso en este último punto puesto que no todas y cada una de las familias pueden suministrar un apoyo eficiente a sus miembros. Es preciso que el profesional conozca el género de familia y el ciclo de vida pues esto le dejará relacionar el género de familia con el proceso salud/enfermedad, identificar la capacidad de la familia para conseguir recursos delante de una crisis, conocer el comportamiento de la familia en relación con la utilización de los servicios sanitarios, planear actividades curativas, precautorias y de promoción de la salud y emplear recursos individuales, familiares o bien comunitarios.

Debe efectuarse una valoración de las necesidades del conjunto familiar teniendo presente las peculiaridades del conjunto familiar, estructura, desarrollo, relaciones; los hábitos vitales y el estado de salud de cada uno de ellos de sus miembros; las condiciones de la vivienda; el trasfondo cultural de la familia y sus relaciones con la comunidad. Los objetivos de atención a la familia son: Suministrar una atención continuada. Asistir a la familia a prepararse para eventualidades previsibles.

Cuidadores de mayores, la profesión del futuro

Fortalecer y promover el auto cuidado. Enseñar a fin de que sean capaces de suministrar cuidados de calidad. Asistirles a encarar las crisis de forma adaptativa, y a identificar, buscar y emplear recursos de forma conveniente. Además de esto, desarrollar un sentimiento de unidad y fomentar la colaboración, el apoyo mutuo y la coordinación en el conjunto familiar.

La salud familiar debe medirse por los próximos indicadores: La salud individual de cada uno de ellos de sus miembros, Si sus papeles están bien estructurados y se amoldan a las necesidades alterables, si existen patrones de comunicación cariñosos, por su capacidad para crear y sostener un hogar y un modo de vida saludable, por su capacidad para encarar los inconvenientes y por sus relaciones con la comunidad.

El cuidador primordial debe desarrollar multitud de labores para la persona que recibe cuidados: higiene, nutrición, movilización, curas, compañía, trámites burocráticos, soporte sensible, debe hacer de intercesor y tiene que tomar resoluciones. Todo ello puede transformarlo en enfermo secundario, ya se han comentado las repercusiones físicas, sicológicas y sociales asociadas al cuidar.

Si bien las necesidades del cuidador se tienen que valorar individualmente existen algunos puntos esenciales para ofrecer apoyo a los cuidadores informales: 1. Administrar capacitación sobre cuidados con la meta de progresar la prestación, mas asimismo para reducir el agobio por la falta de seguridad de no saber prestar cuidados de calidad. Además de esto utiliza una técnica conveniente mejora no solo el resultado final sino puede reducir el ahínco requerido.

por servirnos de un ejemplo saber aplicar técnicas de ergonomía para la movilización o bien aprender técnicas para la higiene del paciente acostado. Administrar información sobre planificación de actividades.

Los cuidadores de mayores no profesionales, deben estar informados de las atenciones que necesita el anciano.

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